Recuerdos de la infancia

   Los hermanos Ángel, Carlos y Virginia Cristóbal nos envían este emocionante texto de su recuerdo junto con dos fotografías para ilustrarlo. Merece la pena leerlo con detenimiento:

   Nuestro padre, recientemente fallecido, trabajó en Banesto durante 40 años, primero en Alcalá 14 y, más adelante en Castellana 7. Tuvimos la suerte de vivir en la colonia de Banesto de la calle Guadalete de Madrid, compartiendo nuestra infancia con muchos amigos también hijos de empleados de Banesto.

   Sería imposible desligar nuestra infancia de las piscinas de Pinar (la de arriba y la de abajo), de los frontones, de los bañistas, de la residencia de Cercedilla, con Villa Chupete y el Club incluidos. Recuerdo hasta a Sagrario, una camarera que trabajaba en la residencia y que era del propio Cercedilla. Tres años en Estepona y varias quincenas en distintos hoteles con el Club Banesto. Nuestra infancia no hubiera sido la misma sin el regalo que los Reyes Magos nos dejaban en la oficina. Jamás olvidaremos los veranos en las Colonias de Cóbreces, primero dirigidos por Don Pascual y más tarde por otros monitores. Eran tiempos donde para hablar por teléfono con nuestros padres teníamos que ir por turnos a la centralita telefónica de Cóbreces. Tampoco olvidaremos la visita al acantilado ni, por supuesto, el puesto de la Tacaña, en la playa de Cóbreces. Transcurridos más de 40 años muchas veces sigo cantando para mis adentros: «Si te quieres suicidar, no te tires por un puente, cómprale a la tacaña y te mueres de repente». Esas y otras muchas canciones cantábamos de chavales cuando volvíamos en el autocar de vuelta a Madrid, donde nuestros padres nos esperaban. Banesto desaparecerá, pero siempre permanecerá, con mucho orgullo, en el recuerdo de toda nuestra familia.

 

   Adjuntamos un par de fotos suyas con sus compañeros de Alcalá 14.

 

   Enhorabuena por la buena acogida de vuestro blog. Un abrazo.